Brasil – Inglaterra
El fútbol puede traer grandes felicidades, y hace poco tuve la oportunidad de ir a ver jugar a dos de mis héroes. La selección de Brasil vino a jugar contra Inglaterra en Nottingham, a una hora de mi casa, y claro que fui a ver el partido con casi 8,000 personas más.
Marta, recién inaugurada por sexta vez en la ceremonia FIFA como mejor jugadora del mundo, fue la capitana de Brasil con Steph Houghton su equivalente en la selección inglesa. Su clase y categoría fueron más que evidentes, y admiradas por el público mayormente inglés.
La otra gran figura para mí era Formiga, la jugadora que más veces ha jugado en la selección brasileña, con unos 170 partidos jugados. A cambio de la situación con los hombres (Cafu jugó 142 partidos en la selección), es difícil encontrar información actualizada con respecto a sus logros, a pesar del reconocimiento que tanto Formiga como Marta reciben por la excelencia de su juego en la exposición permanente ‘Anjos barrocos’ del Museu do Futebol en São Paulo (también formó parte de la exposición ‘Visibilidade para o Futebol Femenino’, que se puede ver aquí). Ver a los dos juntas en el campo fue realmente un placer.
Desgraciadamente, después de unos 20 minutos Marta sintió una lesión muscular y tuvo que ser remplazada, dejando la capitanía a Bruna Benites.
Ya entonces Brasil iba perdiendo 1-0 gracias a un gol de cabeza marcado por Fran Kirby en el segundo minuto del partido. No tuve la satisfacción de ver a Marta meter su gol número 111 para Brasil (Neymar tiene 56 y Pelé, el máximo goleador de Brasil según numerosas páginas web, marcó 77), y a pesar de sus esfuerzos Brasil nunca llegó a meter el gol del empate.
Inglaterra jugó muy bien, con un equipo muy sólido y buena capacidad para armar el juego desde el mediocampo, y al final había que reconocer que merecieron la victoria por la mínima diferencia. Una experiencia inolvidable.